Algún día, donde seamos viejos y felices,
haremos tríos y cuartetos, y otras perversiones mundanas,
pero castas, pues serán sin el anhelo lúbrico de la líbido
y nuestro físico no será un problema
porque hablaremos el lenguaje de las almas
Pentateucaremos Nobosibirski
sólo por el placer estético
que nos producirá escucharlo entre susurros
Algún día.
Eso espero.
Si seguimos vivos.
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