miércoles, 7 de julio de 2010

Dos de Góngora

ROMANCE
El bien y el mal
¡Oh cuan bien que acusa Alcino,
Orfeo de Guadiana,
Unos bienes sin firmeza,
Unos males sin mudanza!

Pulsa las templadas cuerdas
De la cítara dorada,
Y al son desata los montes,
Y al son enfrena las aguas.

¡Oh cuan bien canta su vida,
Cuán bien llora su esperanza!
Y el monte y el agua escuchan
Lo que llora y lo que canta.
La vida es corta, y la esperanza larga;
El bien huye de mí, y el mal se alarga.


El bien es aquella flor,
Que la ve nacer el alba,
Al rayo del sol caduca,
Y á la sombra no la halla.

El mal la robusta encina,
Que vive con la montaña,
Y de siglo en siglo el tiempo
Le peina sus verdes canas.

La vida es ciervo herido,
Que las flechas le dan alas,
La esperanza el animal
Que en sus pies mueve su casa.
La vida es corta, y la esperanza larga;
El bien huye de mí, y el mal se alarga.



SONETO
La brevedad engañosa de la vida.
Menos solicitó veloz saeta
destinada señal, que mordió aguda;
agonal carro por la arena muda
no coronó con más silencio meta,

que presurosa corre, que secreta
a su fin nuestra edad. A quien lo duda,
fiera que sea de razón desnuda,
cada sol repetido es un cometa.

¿Confiésalo Cartago y tu lo ignoras?
Peligro corres, Licio, si porfías
en seguir sombras y abrazar engaños.

Mal te perdonarán a tí las horas;
las horas, que limando están los días,
los días, que royendo están los años.

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