miércoles, 30 de junio de 2010

Retrato en carboncillo

De tan recto
se dobló por tantos lados
que no le quedó ni siquiera un hueso sano.
De tan puro e inmaculado
se borró y desdibujó tanto
que ni la luz podía detenerse a su paso.
De tanto limitarse y reprimirse
se quedó encerrado en un vagón
de la que cuando quiso no pudo salir.
De tanto hacer reir a los demás
se le congelaron las lágrimas
como estalagmitas heladas.
De tanto vivir en los otros
se le murió el alma
como se seca una fuente secreta.
De tanto afán por complacer
se le agostó la hierbabuena
y se le quedó sin flores la camelia.
De tanto darse, de tanto regalarse por entregas
se quedó sin nada dentro
como un globo al día siguiente de la feria.
De tanto mirarse en el espejo de la multitud
se rompió en mil añicos
tantos que no pudo recomponerse.
De puro bueno, de puro generoso
se entregó tanto como un tonto,
como una oveja camino del matadero.
De tan inteligente se pasó de listo
y quedó, como un imbécil,
mirando el dedo en lugar de la luna llena.
De arder tan rápido no dejó nada
ni ceniza ni humo ni mecha
ni siquiera el recuerdo de la hoguera.

Esa flor instantánea (José Agustín Goytisolo)

Miedo a perderse ambos,
vivir el uno sin el otro:
miedo a estar alejados
en el viento de la niebla,
en los pasos del día,
en la luz del relámpago,
en cualquier parte. Miedo
que les hace abrazarse,
unirse en este aire
que ahora juntos respiran.
Y se buscan y se buscan
esa flor instantánea
que cuando se consigue
se deshace en un soplo
y hay que ir a encontrar otras
en el jardín umbrío.
Miedo; bendito miedo
que propicia el deseo
la agonía y el rapto,
de los que mueren juntos
y resucitan luego.

lunes, 28 de junio de 2010

En San Francisco (Juglar de Dios)

jamás te recuerdo
porque nunca te olvido


Me acuerdo de esta calle.
No me acuerdo bien
pero aún me acuerdo
de como me besaste
con tus párpados
de como me ungiste
con tus tiernos dedos,
[sutil campo de rojas amapolas
orgía de caricias a destiempo;]
de la aspereza de tus lágrimas
de la tierna inocencia del deseo
carnal de dos cuerpos a la escucha
de una sinfonía del silencio
de un apagón de los pecados,
de una crucifixión del magisterio,
del aprendizaje de lo antiguo
del olvido magnánimo del tiempo.
Hoy no me quedan más que gotas gastadas
horadando en la piedra fría del silencio.
No me acuerdo de nuestra despedida.
La recuerdo muy bien.
Y no me acuerdo.

Chorando Apréndese

La fiesta aún no ha acabado
pero hasta que anochezca
aún se puede jugar al fútbol,
cuando sea más tarde
será la hora de recoger.
La puerta ha sido trancada
a cal y canto.
El pobre perrín Chinchilla
ha sido encerrado fuera
para que no moleste
El único hueco
por el que su diminuto cuerpo peludo
podía colarse y jugar
(y por lo tanto inmiscuirse
e incordiar
en el mundo de los mayores)
ha sido tapado
con una caja de botellas
de CocaCola.
Sus quejidos,
agrios y lastimeros,
no logran conmover a ninguno
de los que apenas minutos antes
lo colmaban de mimos,
y son apagados por la música
y el griterío de los jugadores.
A su ama le encanta el nombre Chinchilla
pero yo casi creo profético
el otro nombre que le puso.
Lucas.

jueves, 24 de junio de 2010

Uxío Novoneyera

Os Eidos




Escolma. Novas verbas de door




PECHOUSE a noite riba do ucedo
i eu non vin einda a cor da miña amiga.
Agora é cando ún treme e ten medo.

/

ISTE desacougo! Este cousa! Esta mao xorda que tira!
Iste querer irse sin saber para onde!

/

AGORA o meu cor é unha chaga encendida.
Unha mao loba anda escalazándome a ferida.

/

ESTA door que se oi!
Iste cor meu!
Esta door que me veo ela de seu
Sin saber polo que foi!

/

FOI coma se caira nunha cova.
Antes era noite i era día
Agora é todo unha negrura loba.


1953


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Poemas da doada certeza i este brillo premido entre as pálpebras




Escolma. Ó Sil




O río ó ras
cheo d-auga e destino ó paso
flue flumen
pr-onde foi xa o sol tragado
todo o ouro volto prata
/gris raspado/
en mil sarillos
e aneis cruzados
sumándose ó caudal da noite
tamén alto.

Il non precisa de nós
nin diste canto.
Ela sola Naturaleza
é forma de algo.
I eu de eiquí quedo
chegou ó outro lado
coma cando a polas doncelas
dun salto
foi do cabalo de Roldán
ralvado.

Niste aire quente rente
amigo Lauro
Sómo-la beira
con todo o tempo pra miralo
coma se nin a el nin a nós
agardara o Oceano
E non-o viramos perderse eí
a corto tramo
i ó pechar a noite nela
desembocando

lunes, 21 de junio de 2010

Epicteto como prefiguración

De Epicteto, decía Orígenes en su "Contra Celso", que le jodió la pierna su amo Epafrodito porque disfrutaba dislocándosela (http://www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/cw2.htm#bgo):
"¿No querréis, pues, a Epicteto? El cual, como su amo se entretuviera en atormentarle la pierna, sonriendo y sin conmoverse, le decía: "Que me la vas a romper". Y rota, en efecto: "¿No decía yo-le dijo-que me la romperías?"

jueves, 17 de junio de 2010

Ir y quedarse, y con quedar partirse (Lope de Vega)

Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma, y ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;

arder como la vela y consumirse,
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;

hablar entre las mudas soledades,
pedir prestada sobre fe paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;

creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma, y en la vida infierno.

Lope Félix de Vega y Carpio

miércoles, 16 de junio de 2010

Nire aitaren etxea (la casa de mi padre) - Gabriel Aresti

Nire aitaren etxeaGabriel Aresti
Nire aitaren etxea
defendituko dut.
Otsoen kontra,
sikatearen kontra,
lukurreiaren kontra,
justiziaren kontra,
defenditu
eginen dut
nire aitaren etxea.
Galduko ditut
aziendak,
soloak,
pinudiak;
galduko ditut
korrituak,
errenteak,
interesak,
baina nire aitaren etxea defendituko dut.
Harmak kenduko dizkidate,
eta eskuarekin defendituko dut
nire aitaren etxea;
eskuak ebakiko dizkidate,
eta besoarekin defendituko dut
nire aitaren etxea;
besorik gabe,
sorbaldik gabe,
bularrik gabe
utziko naute,
eta arimarekin defendituko dut
nire aitaren etxea.
Ni hilen naiz,
nire arima galduko da,
nire askazia galduko da,
baina nire aitaren etxeak
iraunen du
zutik.
Defenderé
la casa de mi padre.
Contra los lobos,
contra la sequía,
contra la usura,
contra la justicia,
defenderé
la casa
de mi padre.
Perderé
los ganados,
los huertos,
los pinares;
perderé
los intereses,
las rentas,
los dividendos,
pero defenderé la casa de mi padre.
Me quitarán las armas
y con las manos defenderé
la casa de mi padre;
me cortarán las manos
y con los brazos defenderé
la casa de mi padre;
me dejarán
sin brazos,
sin hombros
y sin pechos,
y con el alma defenderé
la casa de mi padre.
Me moriré,
se perderá mi alma,
se perderá mi prole,
pero la casa de mi padre
seguirá
en pie.

lunes, 14 de junio de 2010

Fernando Pessoa - El luar (luna llena) detrás de la Torre

Fernando Pessoa [Ortónimo] (13-06-1934)


Fernando Pessoa – Por traz da torre o luar(*)

El luar detrás de la torre
hace de la torre una otra torre.
La voz alegre que canta
me resulta triste, por escucharla,
pues sé que quien canta muere.
Tengo pena por sentir
porque sentir es pensar.

Negra y esplendorosa es la torre.
La luna que ella oculta
es un halo de luz ausente.
Mi corazón es un durmiente:
cisma sentado a la ventana.
Tengo pena de pensar
porque quien piensa no siente.

Por traz da torre o luar
Faz a torre uma outra torre.
A voz alegre a cantar
É me triste, de a escutar,
Pois sei que quem canta morre.
Tenho pena de sentir
Porque sentir é pensar.

A torre é negra e esplendente.
A lua occulta por ella
É um halo de luz ausente.
Meu coração é dormente:
Scisma sentado à janella.
Tenho pena de pensar
Porque quem pensa não sente.

jueves, 10 de junio de 2010

SOLEDAD (RAINER MARIA RILKE)

Soledad
La soledad es igual que una lluvia.
Sube del mar, enfrente de las tardes;
de llanos, que están lejos y remotos
marcha hasta el cielo, que la tiene siempre.
Y desde el cielo cae a la ciudad.
La lluvia cae en las horas intermedias,
cuando tuercen al día las callejas
y los cuerpos, que no han hallado nada,
se separan, desengañados, tristes,
y cuando las personas que se odian
deben dormir en una misma cama.
La soledad va entonces con los ríos...
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Einsamkeit
Die Einsamkeit ist wie ein Regen.
Sie steigt vom Meer den Abenden entgegen;
von Ebenem, die fern sind und entlegen,
geht sie zum Himmel, der sie immer hat.
Und erst vom Himmel fällt sie auf die Stadt.
Regnet hernieder in den Zwitterstunden,
wenn sich nach Morgen wenden alle Gassen
und wenn die Leiber, welche nichts gefunden
enttäuscht und traurig von einander lassen;
und wenn die Menschen, die einaner hassen,
in eine Bett zusamen schlafen müssen:
dann geht die Einsmkeit mit den Flüssen-



Rilke, R.M. (Paris, 1902) Einsamkeit. Traducción de José María Valverde.

miércoles, 9 de junio de 2010

Ricardo Reis (Fernando Pessoa) - Não só vinho, mas nele o olvido, deito

Ricardo Reis - Não só vinho, mas nele o olvido, deito

No sólo vino, mas con él el olvido, vierto
en la copa: seré feliz, porque la dicha
es ignara. ¿Quién, recordando
o previendo, sonreiría?
De los brutos, no la vida, sino el alma
consigamos, pensando, recogidos
en el impalpable destino
que no espera ni recuerda.
Con mano mortal elevo a mortal boca
en frágil copa el pasajero vino,
los ojos sin brillo, hechos
Para dejar de ver.

Não só vinho, mas nele o olvido, deito
Na taça: serei ledo, porque a dita
É ignara. Quem, lembrando
Ou prevendo, sorrira?
Dos brutos, não a vida, senão a alma,
Consigamos, pensando; recolhidos
No impalpável destino
Que não espera nem lembra.
Com mão mortal elevo à mortal boca
Em frágil taça o passageiro vinho,
Baços os olhos feitos
Para deixar de ver.

martes, 8 de junio de 2010

Meditation #17 By John Donne From Devotions upon Emergent Occasions (1623), XVII:

Meditation #17 By John Donne From Devotions upon Emergent Occasions (1623), XVII:


Nunc Lento Sonitu Dicunt, Morieris (Now this bell, tolling softly for another, says to me, Thou must die.)


Perchance, he for whom this bell tolls may be so ill, as that he knows not it tolls for him; and perchance I may think myself so much better than I am, as that they who are about me, and see my state, may have caused it to toll for me, and I know not that. The church is Catholic, universal, so are all her actions; all that she does belongs to all. When she baptizes a child, that action concerns me; for that child is thereby connected to that body which is my head too, and ingrafted into that body whereof I am a member. And when she buries a man, that action concerns me: all mankind is of one author, and is one volume; when one man dies, one chapter is not torn out of the book, but translated into a better language; and every chapter must be so translated; God employs several translators; some pieces are translated by age, some by sickness, some by war, some by justice; but God's hand is in every translation, and his hand shall bind up all our scattered leaves again for that library where every book shall lie open to one another. As therefore the bell that rings to a sermon calls not upon the preacher only, but upon the congregation to come, so this bell calls us all; but how much more me, who am brought so near the door by this sickness.

There was a contention as far as a suit (in which both piety and dignity, religion and estimation, were mingled), which of the religious orders should ring to prayers first in the morning; and it was determined, that they should ring first that rose earliest. If we understand aright the dignity of this bell that tolls for our evening prayer, we would be glad to make it ours by rising early, in that application, that it might be ours as well as his, whose indeed it is.

The bell doth toll for him that thinks it doth; and though it intermit again, yet from that minute that this occasion wrought upon him, he is united to God. Who casts not up his eye to the sun when it rises? but who takes off his eye from a comet when that breaks out? Who bends not his ear to any bell which upon any occasion rings? but who can remove it from that bell which is passing a piece of himself out of this world?

No man is an island, entire of itself; every man is a piece of the continent, a part of the main. If a clod be washed away by the sea, Europe is the less, as well as if a promontory were, as well as if a manor of thy friend's or of thine own were: any man's death diminishes me, because I am involved in mankind, and therefore never send to know for whom the bell tolls; it tolls for thee.

Neither can we call this a begging of misery, or a borrowing of misery, as though we were not miserable enough of ourselves, but must fetch in more from the next house, in taking upon us the misery of our neighbours. Truly it were an excusable covetousness if we did, for affliction is a treasure, and scarce any man hath enough of it. No man hath affliction enough that is not matured and ripened by it, and made fit for God by that affliction. If a man carry treasure in bullion, or in a wedge of gold, and have none coined into current money, his treasure will not defray him as he travels. Tribulation is treasure in the nature of it, but it is not current money in the use of it, except we get nearer and nearer our home, heaven, by it. Another man may be sick too, and sick to death, and this affliction may lie in his bowels, as gold in a mine, and be of no use to him; but this bell, that tells me of his affliction, digs out and applies that gold to me: if by this consideration of another's danger I take mine own into contemplation, and so secure myself, by making my recourse to my God, who is our only security.



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Devoción XVII de John Donne



XVII. Con su lento sonido dicen; morirás
NUNC LENTO SONITU DICUNT, MORIERIS

Quizás aquél por quien dobla esta campana esté tan enfermo que no sepa que toca por él; quizá yo mismo creo estar mucho mejor de lo que estoy, pero los que me rodean y ven mi estado pueden haberla hecho doblar por mí sin que yo lo sepa.
La iglesia es católica, universal, y así son todos sus actos; todo lo que ella hace, pertenece a todos. Cuando bautiza a un niño, este acto me concierne, pues tal niño está ahora unido a esa Cabeza, que también es mi cabeza, e injertado en ese Cuerpo de que soy un miembro. Y cuando entierran a un hombre, este acto me concierne. Toda la humanidad pertenece a un solo autor y es un solo Libro; cuando un hombre muere, no se arranca un capítulo del libro, sino que es traducido a un idioma mejor; y cada capítulo debe ser traducido de este modo. Dios emplea muchos traductores; algunas partes son traducidas por la edad, otras por la enfermedad, otras por la guerra, otras por la justicia. Pero las manos de Dios están en cada versión; y su mano encuadernará nuevamente todas nuestras hojas dispersas, para aquella Biblioteca donde cada libro yacerá abierto junto a otro.
Así como la campana que dobla para el sermón, no llama únicamente al predicador, sino a todos los feligreses para que acudan, también esta campana nos llama a todos; y cuánto más a mi, que me acercan a la puerta a causa de mi enfermedad. Hubo una vez una disputa y hasta una demanda –– en la que se mezclaron piedad y dignidad, religión y estima ––, sobre cual de las órdenes religiosas debería tañer antes para las oraciones de la mañana; y se decidió que primero tañerían las que madrugaran más. Si entendemos atinadamente la solemnidad de esta campana que llama a la oración matutina, nos sentiremos satisfechos de haberla hecho nuestra levantándonos temprano, con la solicitud de que sea tan nuestra como de aquél por quien realmente dobla.
La campana debe redoblar por aquél que piensa en el sonido; y que aunque se interrumpa de nuevo, sin embargo, gracias a ese minuto en el que sonó para él, se une a Dios. ¿Quién no dirige la mirada al Sol cuando éste se alza? ¿Quién aparta sus ojos de un cometa cuando éste aparece? ¿Quién no presta oídos a cualquier campana, sea cual sea la circunstancia en que ésta suena? ¿Y quién puede evadirse de esta campana que lleva a una parte de sí mismo lejos de este mundo?
Ningún hombre es una isla completa en si misma; todo hombre es un trozo de continente, una parte del todo; si un terrón fuese arrastrado por el mar –– y Europa es el más pequeño ––, ocurriría lo mismo que si fuese un promontorio, que si fuese una finca de tus amigos o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me empequeñece, pues estoy en la maraña de la humanidad. En consecuencia, no envíes a preguntar por quién doblan las campanas; doblan por ti.



No podemos decir que esto sea una súplica menesterosa o un préstamo de desgracia, como si no fuéramos lo bastante desgraciados por nosotros mismos, y debiéramos ir a buscar más a la casa de al lado, haciéndonos cargo de la desdicha de nuestros vecinos. Sería ciertamente una disculpable codicia si lo hiciéramos, porque la aflicción es un tesoro y apenas si el hombre tiene suficiente. Ningún hombre tiene bastante aflicción sin estar maduro y en su punto, y está hecho para Dios por esa aflicción. Si alguien lleva consigo un tesoro en grandes piezas o en lingotes de oro, y nada tiene acuñado en moneda corriente, no gastará su tesoro mientras viaja. La tribulación es un tesoro en su misma naturaleza, pero no es moneda corriente para ser usada, excepto en que nos ayuda a acercarnos más y más a nuestro hogar, el cielo.
Otro hombre puede también estar enfermo ––enfermo de muerte ––, y su dolor puede yacer en sus entrañas como el oro en una mina, pero no servirle de nada. Pero esta campana, que me habla de su sufrimiento extrae ese oro y me lo dedica. Pues, al considerar el peligro en los demás contemplo el mío propio, y me doy protección a mi mismo, recurriendo a mi Dios, nuestra única protección.

Traducción de Andrea Rubín
Paradojas y devociones de John Donne
cuatro, ediciones, 1997

Helenos


Tautò tèni zon kài
tethnekós kai egregoròs
kai kathèudon kai nèon kai
ghreaiòn tade gàr
metapésonta ekéina ésti
kakèina pàlin táuta.
Eipas 'Hêlie khaire'
Kleombrotos Hômbrakiôtês
hêlat' af' hupsêlu
teikheos eis Aidên,
axion uden
idôn thanatu
kakon, alla Platônos
hen to peri psukhês gramm' analexamenos.
(Heráclito, Fragmentos, 88)
[Es la misma cosa, que está viva y muerta,
que está despierta y dormida,
que es joven y vieja.
Estas cosas, sin duda,
recaen con la mutación en aquellas,
y viceversa, aquellas en éstas.]
(Calímaco, Epigramas, XXIII)
[Diciendo: "¡Adiós, Sol!"
Cleombronto de Ambracia
desde un alto muro se arrojó al Hades.
No le había sucedido minguna desgracia
digna de muerte:solamente había leido
un escrito de Platón:
aquel que se refiere al alma.]

A Blessing, by James Wright

Just off the highway to Rochester, Minnesota,
Twilight bounds softly forth on the grass.
And the eyes of those two Indian ponies
Darken with kindness.
They have come gladly out of the willows
To welcome my friend and me.
We step over the barbed wire into the pasture
Where they have been grazing all day, alone.
They ripple tensely, they can hardly contain their happiness
That we have come.
They bow shyly as wet swans. They love each other.
There is no loneliness like theirs.
At home once more,
They begin munching the young tufts of spring in the darkness.
I would like to hold the slenderer one in my arms,
For she has walked over to me
And nuzzled my left hand.
She is black and white,
Her mane falls wild on her forehead,
And the light breeze moves me to caress her long ear
That is delicate as the skin over a girl's wrist.
Suddenly I realize
That if I stepped out of my body I would break
Into blossom.

Una Bendición, de James Arlington Wright


Al lado de la carretera que va de Rochester, Minnesota,
el crepúsculo se balancea suave sobre la hierba
Y los ojos de aquellas jacas indias
se oscurecen de ternura.
Han salido gustosamente de los sauces
para darnos la bienvenida a mi amigo y a mí
Pasamos sobre la alambrada hasta el pasto
donde ellas han estado paciendo todo el día a solas.
Se curvan tensas; apenas pueden contener la alegría
de que hayamos venido.
Se inclinan tímidas como cisnes mojados. Se aman.
No hay soledad igual a la de ellas.
Sintiéndose una vez más en casa
mordisquean los jóvenes manojos de primavera.
Me gustaría coger a la más delgada en mis brazos
porque se ha acercado hasta mí
y me ha hociqueado la mano izquierda.
Es blanca y negra,
su crin le cae en desorden por la frente
y la suave brisa me incita a acariciarle la oreja grande
que es delicada como la piel de la muñeca de una muchacha.
De pronto me doy cuenta
De que si saliera de mi cuerpo estallaría
Floreciendo.

lunes, 7 de junio de 2010

EL RESTAURANTE DE TUS SUEÑOS

El cabo blanco es de stracciatella
dijeron los locos del pueblo
la atalaya es un bulbo de gazpacho
congelado, la marina entera,
un plato enorme de paella
cubierto por papel albal. La memoria
de la comida imaginaria recorre
mi cerebro y los jugos gástricos
hacen hervir mi estómago
con un furor casi uterino.
Mierda, mierda y mierda.
Me estaba comiendo la almohada.

A OMAR JAYÁN, CON RESPETO

Amo al vino porque no me juzga
yo soy el que elige, yo juzfgo al vino
pero al juzgar al vino
yo mismo me convierto en juez
y en parte
en juzgado.

amo al vino porque nunca le duele la cabeza
al que le duele la cabeza, si aacaso, es a mi
porque no me cuenta sus innumerables historias de añadas anteriores mediocres
o, por despecho, que tuvo mejores bebedores que yo

amo al vino porque yo le pongo las normas
yo le marco la temperatura
aunque no sea la recomendadda
yo descorcho la botella
aunque sea la de un amigo
sin remordimientos
sin malos entendidos
sin reproches.

pero tiene un grave defecto
aparte de no abrazarte por las noches
no conviene mezclar tinto y blanco
y el rosado, al contrario que las mulatas
suele ser de una mediocridad insultante.

CONFESIÓN DE HUMILDAD

mis lecturas incluyen mayormente
reversos de sobrecitos de azúcar
cajas de cerillas de mi abuelo
(que en paz descanse)
el griego del gazpacho del Día
el euskera del champú del Eroski
el alemán del chocolate del Lidl
el reader's digest, la revista atalaya
los dominicales de los periódicos
libros malos, malísimos, pésimos
momentos inenarrables de los manuales de la editorial mir
("en estos momentos, amable lector, tendrá más dudas antre el teorema
que Raskolnikov ante lya Petrovich") (esto en un texto de cálculo)
wikipedia, resúmenes, lo que otros dijeron
chivatazos, éldijoqueelladijoqueHaroldBloomdice
y por supuesto lo que Vlady, Chus, Luisma, Osorio y Aníbal dicen

LO NUNCA VISTO

Me entontré tres cuervos tocando el piano
encima del tejado del galpón.
- ¿Habéis visto Dumbo?
- ¿Y tú nos lo preguntas?
- No tengo las orejas tan grandes, y estoy un poco sordo,
la verdad
Y de un salto, me alejé planeando.

LA CIUDAD ESMERALDA

Algún día, donde seamos viejos y felices,
haremos tríos y cuartetos, y otras perversiones mundanas,
pero castas, pues serán sin el anhelo lúbrico de la líbido
y nuestro físico no será un problema
porque hablaremos el lenguaje de las almas
Pentateucaremos Nobosibirski
sólo por el placer estético
que nos producirá escucharlo entre susurros
Algún día.
Eso espero.
Si seguimos vivos.

LOS ESCLAVOS FELICES

¿Cómo quieres que no me enamore de tí,
si eres un desafío permanente,
un rompecabezas, un enigma
una esfinge que logra domar a mi fiera,
que me teje de día y que me desteje noche?

Juegas con mis neuronas
como con las cuentas de un Komboloi
enhebras mis palabras en los hilos de tu telar
y en su urdimbre compones el dibujo a tu gusto.

Contigo todo es nuevo
Hasta el óxido.
El pan de ayer
los periódicos de la semana pasada.
Las flores secas.
Todo renace.

Nadie es más libre que cuando se entrega
y yo dejé de ser esclavo del mundo el día en que te conocí.

HAMAM (ODALISCA)

Quiero sacarle el jugo a la vidad
como se saca la espuma
de una esponja medio reseca
o la pasta de un tubo de dentífrico
hasta los restos

Quiero exprimirle el jugo
como a una naranja de medio euro
a la que intentas infutuosamente
sacarle un vaso de zumo
hasta la última gota

Quiero sacarle el sudor
como en un baño turco
cálido e intenso, pero no asfixiante,
y que con mil esencias
refresca la piel y llena los pulmones.

Quiero sacarle las lágrimas
como cuando me voy lejos,
pero mucho,
o mejor
cuando vuelvo de pronto y no lo esperas.

LÁCRIMALIA

Me cruzo a una mujer rizosa que llora
mientras abre su paquete de tabaco
Ningún hombre ha hecho nada digno
ni merecedor de lágrimas de mujer.
Ni Kant, ni Newton, ni Platón, ni Bach.
Sólo el que resucitó al tercer día.
Y en ese caso, las de alegría.

EXIGENCIAS

Sólo sueño
encontrar una mujer
a la que poder decirle
honradamente
"la voz de tus ojos
es más profunda que todas las rosas"
No sé si pido demasiado.

VANITAS VANITATUM

había creído que la había convencido
pero el único engañado había sido yo
Sonrosado, hipersensible, calvo, retraído
un clítoris andante.
No te desprecio por ser fatua
por ser vana
por ser pedante
por tus pretensiones de intelectual
por dártelas de diva de Bergman o Goddard
por decir "los hombres sois incapaces de amar"
o "yo miro más allá del físico"
mientras acumulas un rosario semiinfinito
(pero afortunadamente numerable)
de musculitos hipertrofiados
que seguramente creen que Coltrane es el de Yellow en el mejor de los casos
(si no piensan que es un tren frío).
No. Me das lástima
porque me habías engañado,
porque habías logrado que tuviera un juicio equivocado de ti,
que pensara que eras una de esas pocas personas en el mundo
que merecen la pena.
Me equivoqué.
Soy así de sentimental.
De confiado.
Y de tonto.

CANTAR DE LOS CANTARES

bálsamos de oriente
cubrían tu vientre
pétalos de jazmines
lirios y narcisos
trenzados en tus cabellos
guirnaldas de alhelíes
coronan tus pechos
Déjame llenarte de gloria
princesa de Sión

IFIGENIA EN TÁURIDE

Ebrios de espuma de mar
encallamos en tus costas
desnudos sobre tus escollos
Náufragos de soledad
nos arrojó la marea
y tus sirvientes nos recogieron.
La dura ley preveía nuestro infortunio
por ser extranjeros,
pero en un acto de clemencia, uno de los dos
elegiría el perdón del otro.
Por suerte, reconociste a tu hermano Orestes,
y él me dijo " ve, Pílades,
hermano
corre, sálvate, aprovecha,
es tu oportunidad, goza de las laderas
y de los amplios valles
que los dioses para mi no han reservado "
Escapado estoy. Rezo a Diana
para llegar a Escitia.
Antes del incestuoso sacrificio.

LONG JOHN SILVER

Amazonas desvaídas
y copas de Marsala
inclino mi cabeza
infructuosamente
buscando rozar tu cuerpo
blanco
como el alabastro por labrar
veteado
por mil menas de mil materias
precioso
que dibuja mil contornos
de mil mapas del tesoro

LOVE EQUATION

[[[i \hbar \partial t tus senos = 4 \pi^2 \integralcycle tu sexo tibio
El movimiento de tus senos
era igual al flujo de tu sexo tibio]]]

Quién dijo que los físicos no erámos sensibles
Y precisos.

CANZONE

El arquitecto del Templo de Salomón
no supo diseñar un cielo para él. (¿ELLA?)
Ambarinas lágrimas
de espuma alborotada (¿ALBOROZADA?)
recorrían mi espalda
mientras el barman pinchaba a Elton John.
Desnuda de rebozo y aderezo
¿Quién le arrancaría sus secretos
y con sólo una mirada
surcaría sus océanos de pudor?
Domadora de pavos reales
de unicornios de papel (¿TIGRES?)
de indómitos animales imaginarios
te daré mi fe (¿MI CORAZÓN? Muy manido)
para que la entierres
o la incineres
como prefieras.

Cupidos que eructan
arcos iris sobre pedestales
de mármol y a sus pies (¿DE COBRE?)
sordos en silencio
discuten a gritos
en lenguaje de signos.

Mis hombros queman,
y no es sólo el sol,
también el recuerdo del ardor de tu pelo.
No sentir, no ser, no amar
la pantomima de un titiritero ciego

EL INQUISIDOR

Hay que meter en prisión a Ezra Pound
hay que encarcelar al disidente
hay que recuperar la inquisición
al que no hable rompámosle los dientes

No podemos aceptar la disensión
la diferencia de opinión
la disonancia
la nota discordante
Esa sería nuestra perdición
Nuestra pureza se iría al traste

Ezra, Ezra, tú que lo fuiste todo

El loco que por cuerdo encarcelamos
pero que más cuerdo que los locos que soltamos
por furia y por miedo encerraremos

Estas nuestras miserias merecemos
si a tantos cuerdos por locos tomamos
¿quien quedará fuera para hacer de carcelero?

TITANIC

La banda no ha dejado de tocar
sigo apoyado en la barra
las camareras bostezan, aburridas
no nos podemos salvar
no nos podremos salvar
nunca nos pudimos salvar
no merece la pena que nos intentemos salvar.
En los pasillos se oyen los aullidos
de los que, desesperados, aún buscan un bote al cual subirse
no saben que no hay botes para todos
no saben que no hay botes para nadie
que nunca los hubo
fue una decisión del ingeniero
y lo que en los empleados es profesonalidad
en mí es vagancia
oblomovstschina,
dolce far niente,
lasciare venire la dolce morte
.
Prefiero quedar bebiendo un té con limón
charlando con el director de orquesta
comentando la tercera de Brahms
y el adagietto de Mahler
aunque luego mi cama arda
solitaria balsa de sudor,
con mil sarmientos en brasa.

Spring is like a perhaps hand (E. E. Cummings)

III

Spring is like a perhaps hand
(which comes carefully
out of Nowhere)arranging
a window,into which people look(while
people stare
arranging and changing placing
carefully there a strange
thing and a known thing here)and

changing everything carefully

spring is like a perhaps
Hand in a window
(carefully to
and fro moving New and
Old things,while
people stare carefully
moving a perhaps
fraction of flower here placing
an inch of air there)and

without breaking anything.

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La primavera es como una quizá mano
que llega cuidadosamente saliendo de ninguna parte
arreglando una ventana
hacia dentro de la cual todos miran
mientras todos se quedan absortos ella arregla y cambia
coloca cuidadosamente allí una cosa extraña
y aquí una cosa conocida

y cambiándolo todo cuidadosamente.

la primavera es como una quizá mano en una ventana
cuidadosamente acá y allá
moviendo nuevas y viejas cosas
mientras todos miran absortos cuidadosamente
moviendo una quizá fracción de flor aquí
colocando una pulgada de aire ahí

y sin romper nada.

domingo, 6 de junio de 2010

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 9, 11b-17

En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar a la gente del Reino de Dios, y curó a los que lo necesitaban. Caía la tarde y los Doce se le acercaron a decirle:

-- Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida; porque aquí estamos en descampado.

Él les contestó:

-- Dadles vosotros de comer.

Ellos replicaron:

-- No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío.

Porque eran unos cinco mil hombres. Jesús dijo a sus discípulos:

-- Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.

Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.

Palabra del Señor

viernes, 4 de junio de 2010

Jeu muet (René Char)

Avec mes dents
J'ai pris la vie
Sur le couteau de ma jeunesse.
Avec mes lèvres aujourd'hui,
Avec mes lèvres seulement...

Courte parvenue,
La fleur des talus,
Le dard d'Orion
Est réapparu.

René Char ("Le nu perdu" - 1971 - Gallimard)
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Juego mudo (René Char)


Con los dientes
Apresé a la vida
Sobre el cuchillo de mi juventud.
Con los labios hoy,
Con mis labios solamente...

Corta advenediza,
La flor de los taludes,
El dardo de Orión
Ha vuelto a aparecer.

jueves, 3 de junio de 2010

Saber del mal y del bien (calderoniana)

[...] y adviertas
que tal vez los ojos nuestros
se engañan y representan
tan diferentes objetos
de lo que miran, que dejan
burlada el alma. ¿Qué mas
razón, mas verdad, mas prueba,
que el cielo azul que miramos?
¿Habrá alguno que no crea
vulgarmente que es zafiro,
que hermosos rayos ostenta?
Pues no es cielo ni es azul.

(Calderón de la Barca, Saber del mal y del bien, acto 3º escena 6ª).

William Carlos Williams

Portrait of a Lady


by William Carlos Williams
Published in 1920

Your thighs are appletrees
whose blossoms touch the sky.
Which sky? The sky
where Watteau hung a lady's
slipper. Your knees
are a southern breeze--or
a gust of snow. Agh! what
sort of man was Fragonard?
--as if that answered
anything. Ah, yes--below
the knees, since the tune
drops that way, it is
one of those white summer days,
the tall grass of your ankles
flickers upon the shore--
Which shore?--
the sand clings to my lips--
Which shore?
Agh, petals maybe. How
should I know?
Which shore? Which shore?
I said petals from an appletree.



Love Song (Williams, 1st)


from Al Que Quiere! (1917)

Daisies are broken
petals are news of the day
stems lift to the grass tops
they catch on shoes
part in the middle
leave root and leaves secure.

Black branches
carry square leaves
to the wood's top.
They hold firm
break with a roar
show the white!

Your moods are slow
the shedding of leaves
and sure
the return in May!

We walked
in your father's grove
and saw the great oaks
lying with roots
ripped from the ground.



Libertad! Igualdad! Fraternidad!


from Al Que Quiere! (1917)

You sullen pig of a man
you force me into the mud
with your stinking ash-cart!

Brother!
—if we were rich
we'd stick our chests out
and hold our heads high!

It is dreams that have destroyed us.

There is no more pride
in horses or in rein holding.
We sit hunched together brooding
our fate.
Well—
all things turn bitter in the end
whether you choose the right or
the left way
and—
dreams are not a bad thing.



Summer Song


from Al Que Quiere! (1917)

Wanderer moon
smiling a
faintly ironical smile
at this
brilliant, dew-moistened
summer morning,—
a detached
sleepily indifferent
smile, a
wanderer's smile,—
if I should
buy a shirt
your color and
put on a necktie
sky blue
where would they carry me?

Love Song (Williams, 2nd)


Published in Al Que Quiere! (1917).
This is the poem on page 35 of the original edition of Al que quiere!: there are two other poems entitled "Love Song" in this collection, on page 24 and on page 71.

Sweep the house clean,
hang fresh curtains
in the windows
put on a new dress
and come with me!
The elm is scattering
its little loaves
of sweet smells
from a white sky!

Who shall hear of us
in the time to come?
Let him say there was
a burst of fragrance
from black branches.

Love Song (Williams, 3rd)


from Al Que Quiere! (1917)

I lie here thinking of you:—

the stain of love
is upon the world!
Yellow, yellow, yellow
it eats into the leaves,
smears with saffron
the horned branches that lean
heavily
against a smooth purple sky!
There is no light
only a honey-thick stain
that drips from leaf to leaf
and limb to limb
spoiling the colors
of the whole world—

you far off there under
the wine-red selvage of the west!

El Hombre


from Al Que Quiere! (1917)

It's a strange courage
you give me ancient star:

Shine alone in the sunrise
toward which you lend no part!

ODA A LA SÍLICE (SÍLICO-PSICÓTICA-PSICOSOMÁTICA)

Eres estúpida (y no sabes cuánto).
Mientras besuqueo con mis dedos tus pechos
noto un vibrar extraño
que me induce a reflexionar sobre tus tetas.
Falsas.
Todo en tí es falso.
Como tu título de una universidad de mentira.
Sólo es cierto tu historial
los centenares de hombres con los que te has acostado.
Por eso, entre mi cuerpo y el tuyo una fina capa de unas 50 micras de látex
me proteje de Dios sabe qué y cuánto
látex, LaTeX (se pronuncia 'látej')
cada vez que escucho látex yo pienso en Donald Knuth, tú pensarás en sadomaso o Dios sabe qué
es normal
cuando tú experimentabas en la universidad con tu bisexualidad
yo lo hacía con láseres de Argón
Te podría explicar quién es Don E. Knuth, un Übermensch
(para que lo entiendas, una especie de Chuck Norris para los informáticos)
pero perderíamos tu tiempo y mi paciencia.
En una ocasión programó e introdujo un sistema operativo en un ordenador que se manejaba con ocho interruptores y un display
de una tacada
sin errores
funcionó
pero estaba hablando del TeX
Su primer libro de algorítmia se lo editaron por fotocomposición
a ti las únicas fotos te las habrán hecho, como yo, para desudarte y acostarse contigo
O peor, serás una de estas modernas que tintan en sepia con iPhoto y se creen artistas
Pues bien, para el segundo no había dinero
y el tío se inventó un lenguaje de composición de libros técnicos
y uno de descripción de tipografías.

No sé si es la tristeza post coitum
pero me he puesto a pensar en la estructura de la materia
La diferencia entre el grafito de un lápiz
y un diamante
(impurezas aparte)
es el orden
el orden cristalino de los átomos.
Por eso me apena la silicona de tus tetas.
Tantos blancos de silicio
Tantos substratos para muestras
Tantos chips
Tanta inteligencia desperdiciada.

Poema em linha reta - Álvaro de Campos (Fernando Pessoa)

Nunca conheci quem tivesse levado porrada.
Todos os meus conhecidos têm sido campeões em tudo.


E eu, tantas vezes reles, tantas vezes porco, tantas vezes vil,
Eu tantas vezes irrespondivelmente parasita,
Indesculpavelmente sujo,
Eu, que tantas vezes não tenho tido paciência para tomar banho,
Eu, que tantas vezes tenho sido ridículo, absurdo,
Que tenho enrolado os pés publicamente nos tapetes das etiquetas,
Que tenho sido grotesco, mesquinho, submisso e arrogante,
Que tenho sofrido enxovalhos e calado,
Que quando não tenho calado, tenho sido mais ridículo ainda;
Eu, que tenho sido cômico às criadas de hotel,
Eu, que tenho sentido o piscar de olhos dos moços de fretes,
Eu, que tenho feito vergonhas financeiras, pedido emprestado sem pagar,
Eu, que, quando a hora do soco surgiu, me tenho agachado
Para fora da possibilidade do soco;
Eu, que tenho sofrido a angústia das pequenas coisas ridículas,
Eu verifico que não tenho par nisto tudo neste mundo.


Toda a gente que eu conheço e que fala comigo
Nunca teve um ato ridículo, nunca sofreu enxovalho,
Nunca foi senão príncipe - todos eles príncipes - na vida...


Quem me dera ouvir de alguém a voz humana
Que confessasse não um pecado, mas uma infâmia;
Que contasse, não uma violência, mas uma cobardia!
Não, são todos o Ideal, se os oiço e me falam.
Quem há neste largo mundo que me confesse que uma vez foi vil?
Ó príncipes, meus irmãos,


Arre, estou farto de semideuses!
Onde é que há gente no mundo?


Então sou só eu que é vil e errôneo nesta terra?


Poderão as mulheres não os terem amado,
Podem ter sido traídos - mas ridículos nunca!
E eu, que tenho sido ridículo sem ter sido traído,
Como posso eu falar com os meus superiores sem titubear?
Eu, que venho sido vil, literalmente vil,
Vil no sentido mesquinho e infame da vileza.

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Poema en línea recta

Nunca conocí a nadie a quien le hubiesen roto la cara.
Todos mis conocidos fueron campeones en todo.
Y yo, que fui ordinario, inmundo, vil,
un parásito descarado,
un tipo imperdonablemente sucio
al que tantas veces le faltó paciencia para bañarse;
yo que fui ridículo, absurdo,
que me llevé por delante las alfombras de la formalidad,
que fui grotesco, mezquino, sumiso y arrogante,
que recibí insultos sin abrir la boca
y que cuando la abrí fui más ridículo todavía;
yo que resulté cómico a las mucamas de hotel,
yo que sentí los guiños de los changadores,
yo que estafé, que pedí prestado y no devolví nunca,
que aparté el cuerpo cuando hubo que enfrentarse a puñetazos,
yo que sufrí la angustia de las pequeñas cosas ridículas,
me doy cuenta que no hay en este mundo otro como yo.
La gente que conozco y con quien hablo
nunca cayó en ridículo, nunca sufrió un insulto,
nunca fue sino príncipe -todos ellos príncipes- en la vida...
¡Ah, quién pudiera oír una voz humana
que confiese no un pecado sino una infamia;
que cuente no una violencia sino una cobardía!
Pero no, son todos la Maravilla si los escucho.
¿Es que no hay nadie en este ancho mundo capaz de confesar que una vez
fue vil?
¡Oh príncipes, mis hermanos!
¡Basta, estoy harto de semidioses!
¿Dónde está la gente de este mundo?
¿Así que en esta tierra sólo yo soy vil y me equivoco?
Admitirán que las mujeres no los amaron,
aceptarán que fueron traicionados -¡pero ridículos nunca!-
Y yo que fui ridículo sin haber sido traicionado,
¿cómo puedo dirigirme a mis superiores sin titubear?
Yo que fui vil, literalmente vil,
vil en el sentido mezquino e infame de la vileza.

martes, 1 de junio de 2010

Lamentos de Menón por Diotima (Friedrich Hölderlin)

(fragmento)

I
Vengo en vano a buscar un cambio todos los días,
callan siempre a mi voz todas las sendas del campo;
fui a las gélidas cimas, las sombras todas me vieron,
y las fuentes; incierto vaga sin rumbo el espíritu,
paz buscando; así va por los bosques la herida alimaña
que a medio día de sombra segura gozó;
pero ya a su verde guarida no ha de tornar.
Insomne y dolida el dardo lleva doquier.
No el calor ni la luz, no la gélida noche la curan,
ni el frescor del torrente da a sus heridas alivio.
Y como la tierra sus triacas en vano
dale, y el céfiro no su fiebre logran aplacar:
tal, amigos, ¿a mí será imposible que nadie
pueda el fatídico sueño por fin apartar?

II
Sí, bien poco curáis del miserable que, oh dioses
de la muerte, apresáis en vuestras ávidas fauces,
y crueles hundís en la lúgubre noche;
para qué suplicar, o con vosotros reñir,
o con paciencia sufrir en pávido exilio viviendo
y sonriendo escuchar vuestra necia canción;
si ha de ser, tu salud olvida, duerme callado;
pero surge una voz de esperanza en tu pecho;
¡tú no puedes aún, pobre alma, no puedes
consentir, pues aguardas presa en tu sórdido sueño!
Y aún ambiciono la corona que adorna mis bucles;
bien sé que solo estoy, empero llega de lejos
sombra amiga, y sonríe, y me llena de pasmo,
pues me torna feliz en el dolor que me oprime.

III
¡Luz de amor! ¿Tu fulgor áureo llega también a los muertos
tal como en tiempo feliz brillas ahora en mi noche?
Dulces jardines, montañas rosas al sol del ocaso,
bienvenidas seáis sendas calladas del bosque,
sois testigos de un júbilo celestial; ¡lueñes astros
que santas miradas antaño me enviásteis!
Y vosotros, amables hijos de un día de mayo,
suaves rosas y lirios que siempre memoro;
primaveras fenecen, los años expulsan los años,
cambian y pugnan, el tiempo se cierne
sobre testas mortales, mas no en los ojos beatos
de amorosas parejas que nueva vida comparten.
Pues los días, los años estelares por siempre,
¡Diotima! Con nos íntimamente se unieron.

IV
Pero unidos en plácida paz, como cisnes amantes
que ante el lago reposan o son por las ondas mecidos,
viendo el fondo en que nubes de plata la linfa refleja,
y el etéreo azul que a su paso tremola;
de tal guisa fuimos los dos; alzábase el Bóreas
que persigue al amor, y que supo abatir
del ramaje el verdor, y la lluvia en el viento arrastrar;
mas tranquilos reíamos, nuestro dios vigilaba
el idilio con faz infantil y serena,
que en un canto común nuestras almas unía.
Mas hoy está vacía la casa; se han llevado
mis ojos, me he perdido también contigo al perderte.
Y así debo vagar, e igual a las sombras vivir;
vano y sin alma ya todo ha de ser para mí.

V
¿Qué festejar, con qué fin? ¿Cantar, y con quién?
Al solitario los dones divinos no llegan;
es este mi delito; yo sé que un signo aciago
paraliza mis miembros, mi espíritu anula,
y mudo, insensible, como un niño me torna.
Sólo a veces los ojos lágrimas gélidas lloran,
y me atristan las flores del campo, las aves alegres,
mensajeras de radiante canción celestial.
Pero el vívido sol en mi lúgubre pecho,
frío, estéril, declina y anuncia la noche.
¡Ay! Y vano y vacío como muros de cárcel, el cielo
ciérnese como curva guadaña sobre mi frente.(...)

Versión de Otto de Greiff
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Täglich geh ich heraus, und such ein Anderes immer,
Habe längst sie befragt, alle die Pfade des Lands;
Droben die kühlenden Höhn, die Schatten alle besuch ich,
Und die Quellen, hinauf irret der Geist und hinab,
Ruh erbittend; so flieht das getroffene Wild in die Wälder,
Wo es um Mittag sonst sicher im Dunkel geruht;
Aber nimmer erquickt sein grünes Lager das Herz ihm,
Jammernd und schlummerlos treibt es der Stachel umher.
Nicht die Wärme des Lichts und nicht die Kühle der Nacht hilft,
Und in Wogen des Stroms taucht es die Wunden umsonst.
Und wie ihm vergebens die Erd ihr fröhliches Heilkraut
Reicht, und das gärende Blut keiner der Zephire stillt,
So, ihr Lieben! auch mir, so will es scheinen, und niemand
Kann von der Stirne mir nehmen den traurigen Traum?

Ja! es frommet auch nicht, ihr Todesgötter! wenn einmal
Ihr ihn haltet, und fest habt den bezwungenen Mann,
Wenn ihr Bösen hinab in die schaurige Nacht ihn genommen,
Dann zu suchen, zu flehn, oder zu zürnen mit euch,
Oder geduldig auch wohl im furchtsamen Banne zu wohnen,
Und mit Lächeln von euch hören das nüchterne Lied.
Soll es sein, so vergiß dein Heil, und schlummere klanglos!
Aber doch quillt ein Laut hoffend im Busen dir auf,
Immer kannst du noch nicht, o meine Seele! noch kannst dus
Nicht gewohnen, und träumst mitten im eisernen Schlaf!
Festzeit hab ich nicht, doch möcht ich die Locke bekränzen;
Bin ich allein denn nicht? aber ein Freundliches muß
Fernher nahe mir sein, und lächeln muß ich und staunen,
Wie so selig doch auch mitten im Leide mir ist.

Licht der Liebe! scheinest du denn auch Toten, du goldnes!
Bilder aus hellerer Zeit, leuchtet ihr mir in die Nacht?
Liebliche Gärten, seid, ihr abendrötlichen Berge,
Seid willkommen und ihr, schweigende Pfade des Hains,
Zeugen himmlischen Glücks, und ihr, hochschauende Sterne,
Die mir damals so oft segnende Blicke gegönnt!
Euch, ihr Liebenden auch, ihr schönen Kinder des Maitags,
Stille Rosen und euch, Lilien, nenn ich noch oft!
Wohl gehn Frühlinge fort, ein Jahr verdrängt das andre,
Wechselnd und streitend, so tost droben vorüber die Zeit
Über sterblichem Haupt, doch nicht vor seligen Augen,
Und den Liebenden ist anderes Leben geschenkt.
Denn sie alle, die Tag und Jahre der Sterne, sie waren,
Diotima! um uns innig und ewig vereint;

Aber wir, zufrieden gesellt, wie die liebenden Schwäne,
Wenn sie ruhen am See, oder auf Wellen gewiegt,
Niedersehn in die Wasser, wo silberne Wolken sich spiegeln,
Und ätherisches Blau unter den Schiffenden wallt,
So auf Erden wandelten wir. Und drohte der Nord auch,
Er, der Liebenden Feind, klagenbereitend, und fiel
Von den Ästen das Laub, und flog im Winde der Regen,
Ruhig lächelten wir, fühlten den eigenen Gott
Unter trautem Gespräch, in Einem Seelengesange,
Ganz in Frieden mit uns und kindlich allein.
Aber das Haus ist öde mir nun, und sie haben mein Auge
Mir genommen, auch mich hab ich verloren mit ihr.
Darum irr ich umher, und wohl, wie die Schatten, so muß ich
Leben, und sinnlos dünkt lange das Übrige mir.

Feiern möcht ich; aber wofür? und singen mit Andern,
Aber so einsam fehlt jegliches Göttliche mir.
Dies ists, dies mein Gebrechen, ich weiß, es lähmet ein Fluch mir
Darum die Sehnen, und wirft, wo ich beginne, mich hin,
Daß ich fühllos sitze den Tag und stumm wie die Kinder,
Nur vom Auge mir kalt öfters die Träne noch schleicht,
Und die Pflanze des Felds und der Vögel Singen mich trüb macht,
Weil mit Freuden auch sie Boten des Himmlischen sind,
Aber mir in schaudernder Brust die beseelende Sonne,
Kühl und fruchtlos mir dämmert, wie Strahlen der Nacht,
Ach! und nichtig und leer, wie Gefängniswände, der Himmel
Eine beugende Last über dem Haupte mir hängt!

Sonst mir anders bekannt! o Jugend, und bringen Gebete
Dich nicht wieder, dich nie? führet kein Pfad mich zurück?
Soll es werden auch mir, wie den Götterlosen, die vormals
Glänzenden Auges doch auch saßen an seligem Tisch,
Aber übersättigt bald, die schwärmenden Gäste,
Nun verstummet, und nun, unter der Lüfte Gesang,
Unter blühender Erd entschlafen sind, bis dereinst sie
Eines Wunders Gewalt, sie, die Versunkenen, zwingt,
Wiederzukehren und neu auf grünendem Boden zu wandeln. -
Heiliger Othem durchströmt göttlich die lichte Gestalt,
Wenn das Fest sich beseelt, und Fluten der Liebe sich regen,
Und vom Himmel getränkt, rauscht der lebendige Strom,
Wenn es drunten ertönt, und ihre Schätze die Nacht zollt,
Und aus Bächen herauf glänzt das begrabene Gold. -

Aber o du, die schon am Scheideweg mir damals,
Da ich versank vor dir, tröstend ein Schöneres wies,
Du, die Großes zu sehen und froher die Götter zu singen,
Schweigend, wie sie, mich einst stillebegeisternd gelehrt,
Götterkind! erscheinst du mir, und grüßest, wie einst, mich,
Redest wieder, wie einst, höhere Dinge mir zu?
Siehe! weinen vor dir, und klagen muß ich, wenn schon noch
Denkend edlerer Zeit, dessen die Seele sich schämt.
Denn so lange, so lang auf matten Pfaden der Erde
Hab ich, deiner gewohnt, dich in der Irre gesucht,
Freudiger Schutzgeist! aber umsonst, und Jahre zerrannen,
Seit wir ahnend um uns glänzen die Abende sahn.

Dich nur, dich erhält dein Licht, o Heldin! im Lichte,
Und dein Dulden erhält liebend, o Gütige, dich;
Und nicht einmal bist du allein; Gespielen genug sind,
Wo du blühest und ruhst unter den Rosen des Jahrs;
Und der Vater, er selbst, durch sanftumatmende Musen
Sendet die zärtlichen Wiegengesänge dir zu.
Ja! noch ist sie ganz! noch schwebt vom Haupte zur Sohle,
Stillherwandelnd, wie sonst, mir die Athenerin vor.
Und wie, freundlicher Geist! von heitersinnender Stirne
Segnend und sicher dein Strahl unter die Sterblichen fällt,
So bezeugest du mirs, und sagst mirs, daß ich es andern
Wiedersage, denn auch andere glaubten es nicht,
Daß unsterblicher doch, denn Sorg und Zürnen, die Freude
Und ein goldener Tag täglich am Ende noch ist.

So will ich, ihr Himmlischen! denn auch danken, und endlich
Atmet aus leichter Brust wieder des Sängers Gebet.
Und wie, wenn ich mit ihr, auf sonniger Höhe mit ihr stand,
Spricht belebend ein Gott innen vom Tempel mich an.
Leben will ich denn auch! schon grünts! wie von heiliger Leier
Ruft es von silbernen Bergen Apollons voran!
Komm! es war wie ein Traum! Die blutenden Fittiche sind ja
Schon genesen, verjüngt leben die Hoffnungen all.
Großes zu finden, ist viel, ist viel noch übrig, und wer so
Liebte, gehet, er muß, gehet zu Göttern die Bahn.
Und geleitet ihr uns, ihr Weihestunden! ihr ernsten,
Jugendlichen! o bleibt, heilige Ahnungen, ihr
Fromme Bitten! und ihr Begeisterungen und all ihr
Guten Genien, die gerne bei Liebenden sind;
Bleibt so lange mit uns, bis wir auf gemeinsamem Boden
Dort, wo die Seligen all niederzukehren bereit,
Dort, wo die Adler sind, die Gestirne, die Boten des Vaters,
Dort, wo die Musen, woher Helden und Liebende sind,
Dort uns, oder auch hier, auf tauender Insel begegnen,
Wo die Unsrigen erst, blühend in Gärten gesellt,
Wo die Gesänge wahr, und länger die Frühlinge schön sind,
Und von neuem ein Jahr unserer Seele beginnt.

WILLIAM BLAKE: El Matrimonio del cielo y el Infierno

William Blake
El Matrimonio del cielo y el Infierno
(1790)

Argumento

Rintrah ruge y sacude sus fuegos en el aire opresor.
Nubes hambrientas oscilan sobre el abismo.

Ayer sumiso, en el sendero peligroso
El hombre justo siguió su camino a través
Del valle del a muerte.

Donde crecía la espina han plantado las rosas,
Sobre la tierra estéril
Canta la abeja.

Entonces, el sendero peligroso fue plantado de árboles
Y un río y una fuente
Brotaron en cada roca y tumba;
Y sobre los huesos blanqueados
Brotó la roja arcilla.

Hasta que el ruin dejó los fáciles senderos
Para seguir los senderos peligrosos y conducir
Al hombre justo a la regiones áridas.

Ahora, la serpiente hipócrita camina
En dulce humildad
Y el justo se enfurece en los desiertos
Donde vagan los leones.

Rintrah ruge y sacude sus fuegos en el aire opresor.
Nubes hambrientas oscilan sobre el abismo.

Puesto que ha empezado un nuevo cielo y transcurrido treinta y tres años desde su advenimiento, el Eterno Infierno se reanima. Y he aquí que Swedenborg es el ángel de pie sobre la tumba; sus escritos, los lienzos plegados.
Ahora sobreviene el dominio de Edom y el retorno de Adán al paraíso.- Ved Isaías, XXXIV y XXXV.
Sin contrarios no hay progreso. Atracción y repulsión, razón y energía, amor y odio son necesarios a la existencia humana.
Brota de esos contrarios lo que las religiones llaman el Bien y el Mal. El Bien es el elemento pasivo sumiso a la razón. El Mal es el activo que brota de la energía.
Bien es Cielo, Mal es Infierno.


La voz del Diablo

Todas las Biblias o códigos sagrados han sido la causa de los errores siguientes:
1.- Que el hombre posee dos principios reales de existencia: un cuerpo y un alma.
2.-Que la energía, llamada Mal, no procede sino del cuerpo; y que la razón, llamada Bien, no procede sino del alma.
3.-Que Dios atormentará al hombre durante la Eternidad por haber seguido sus energías.
Pero los siguientes contrarios son verdaderos:
1.- El hombre no tiene un cuerpo distinto de su alma. Aquello que llamamos cuerpo es una porción de alma percibida por los cinco sentidos, pasajes principales del alma en esta edad.
2.- L a Energía es la única vida, y procede del cuerpo; y la Razón es el límite o circunferencia de la energía.
3.- Energía, delicia eterna.

Quienes reprimen su deseo son aquellos cuyo deseo es bastante débil para poder ser reprimido. De este modo, el elemento restrictor o Razón usurpa el lugar del deseo y gobierna al abúlico.
Y una vez reprimido, se vuelve gradualmente pasivo hasta no ser sino la sombra del deseo.
La historia de esto se halla escrita en el Paraíso Perdido, y el Dominador o Razón se llama Mesías.
Y al primitivo Arcángel, capitán de la armada celeste, se le llama Demonio o Satán, y sus hijos son llamados Pecado y Muerte.
Mas el libro de Job, el Mesías de Milton se llama Satán.
Porque esta historia ha sido adoptada por ambos partidos.
A la Razón le parece que el Deseo ha sido expulsado, pero el Demonio calcula que el Mesía cayó y construyó un cielo con lo que robó al Abismo.
Así está revelado en el Evangelio donde vemos rogar al Padre que le envíe el Consolador o Deseo, a fin de que la Razón tenga ideas para con ellas construir. El Jehová de la Biblia no es sino aquel que vive entre llamas.
Sabe que, después de su muerte, Cristo se convirtió en Jehová.
Pero en Milton el Padre es Destino, el Hijo es la Razón de los cinco sentidos, y el Espiritu Santo es la Nada.

Nota: Milton escribió prisionero cuando habló de los Ángeles y de Dios , y en libertad cuando habló del Infierno y los Demonios porque fue un verdadero poeta y, sin saberlo, del partido de los Demonios.

Visión memorable

Mientras paseaba entre las llamas del Infierno, deleitado con los goces del genio que a los ángeles parece tormento y locura, recogía algunos de sus proverbios pensando que, así como los dichos de un pueblo llevan el sello de su carácter, los proverbios del Infierno muestran la naturaleza de la Sabiduría Infernal mejor que ninguna descripción de edificios o vestiduras.
Cuando volví a mi casa, sobre el abismo de los cinco sentidos, allá donde una doble llanura se desploma sobre el presente mundo, vi un poderoso demonio envuelto en nubes negras, aleteando en las paredes de las rocas; con llamas corrosivas escribió la sentencia siguiente, comprendida por el cerebro de los hombres y leída por ellos en la tierra:

¿No comprendes que cada pájaro que hiende el camino del aire es un mundo inmenso cerrado por tus cinco sentidos?

Proverbios del Infierno.

En tiempo de siembra, aprende; en tiempo de cosecha, enseña; en invierno, goza.

Conduce tu carro y tu arado sobre los huesos de los muertos.

El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría.

La Prudencia es una vieja solterona rica y fea cortejada por la Incapacidad.

Aquel que desea pero no obra, engendra peste.

El gusano perdona al arado que lo corta.

Sumerge en el río a aquel que ama el agua.

El necio no ve el mismo árbol que ve el sabio.

Jamás se convertirá en estrella aquel cuyo rostro no irradie luz.

La Eternidad está enamorada de las obras del tiempo.

La abeja laboriosa no tiene tiempo para la tristeza.

El reloj cuenta las horas de la necesidad, pero ningún reloj puede contar las horas de la sabiduría.

Los únicos alimentos sanos son aquellos que no coge la red ni el cepo.
Usa número, pesa y medida en un año de escasez.

Ningún pájaro se eleva demasiado alto, si vuela con sus propias alas.

Un cuerpo muerto no venga las injurias.

El acto más sublime consiste en colocar otro delante de ti.

Si el necio persistiera en su necedad se volvería sabio.

Villanía, máscara de la astucia.

Pudor, máscara del orgullo.

Las prisiones están construidas con las piedras de la Ley, los burdeles con piedras de la Religión.

El orgullo del pavo real es la gloria de Dios.

Lubricidad del chivo, generosidad de Dios.

La cólera del león es la sabiduría de Dios.

La desnudez de la mujer es la obra de Dios.

Exceso de pena, ríe. Exceso de alegría, llora.

El rugido de los leones, el aullido de los lobos, la cólera del mar tempestuoso y la espada destructora son porciones de eternidad demasiado grandes para el ojo del hombre.

La zorra cautiva no acusa sino el cepo.

La alegría, fecunda; el dolor da a luz.

Dejad que el hombre vista la piel del león y la mujer el vellón de la oveja.

El pájaro, un nido; la araña, una tela; el hombre, la amistad.

El necio egoísta y sonriente, y el necio triste y ceñudo serán tenidos por sabios y servirán de norma.

Evidencia de hoy, imaginación de ayer.

La rata, el ratón, la zorra y el conejo cuidan de las raíces; el león, el tigre, el caballo, el elefante, de los frutos.

La cisterna contiene; la fuente rebosa.

Un pensamiento llena la inmensidad.

Está pronto a decir siempre tu opinión, y el ruín te evitará.

Todo lo creíble es una imagen de la verdad.

Nunca perdió más tiempo el águila que cuando escuchó las lecciones del cuervo.

La zorra se provee; pero Dios provee al león.

Piensa por la mañana, obra al mediodía, come por la tarde y duerme por la noche.

Aquel que ha permitido que abuses de él, te conoce.

Como el arado obedece las palabras, Dios recompensa las plegarias.

Los tigres de la cólera son más sabios que los caballos del saber.

Del agua estancada espera veneno.

Nunca sabrás lo que es suficiente a condición de que sepas lo que es más que suficiente.

Escucha el reproche de los necios: es un título real.

Los ojos del fuego, la nariz de aire, la boca de agua, la barba de tierra.

El débil en valor es fuerte en astucia.

Nunca pregunta el manzano al haya cómo crecer, ni el león al caballo cómo coger su presa.

El que agradece lo que recibe, da a luz una abundante cosecha.

Si otros no hubiesen sido necios, nosotros lo seríamos.

El alma llena de dulce placer no puede ser manchada.

En un águila miras una porción de genio. ¡Alza la cabeza!

Así como la oruga elige las hojas más hermosas para poner sus huevos, el sacerdote deposita su maldición sobre los mejores goces.

Crear una sola flor es trabajo de siglos.

La maldición fortifica; la bendición relaja.

El mejor vino es el más viejo, la mejor agua es la más nueva.

Las plegarias no aran; las alabanzas no maduran.

Las alegrías no ríen. Las tristezas no lloran.

La cabeza, lo Sublime; el corazón, el Phatos; los órganos genitales, la Belleza; los pies y manos, la Proporción.

Como el aire al pájaro o el agua al pez, así el desprecio al despreciable.

La coneja quisiera que todo fuese negro, y el búho que todo fuese blanco.

Exuberancia es Belleza.

El león sería astuto si tomara consejo de la zorra.

El progreso traza los caminos derechos; pero los caminos tortuosos, sin progresos, son los caminos del genio.

Antes asesina a un niño en su cuna que nutras deseos que no ejecutes.

El hombre ausente, la naturaleza estéril.

Nunca puede ser dicha la verdad de manera que pueda ser comprendida sin ser creída.

¡Bastante! o, más aún, demasiado.


Los poetas de la antigüedad animaron los objetos sensibles con dioses y genios, nombrándolos y dotándolos con las propiedades de los bosques, ríos, montañas, lagos, ciudades, naciones y todo lo que sus enormes numerosos sentidos podían percibir.
Estudiaban particularmente el genio de cada ciudad y país colocándolo bajo la tutela de una deidad espiritual.
Bien pronto, para ventaja de algunos y esclavitud de muchos, se formó un sistema intentando dar realidad a las deidades espirituales o abstraerlas de su objeto. Así dio principio el sacerdocio, instituyendo ritos según los relatos poéticos.
Y, al fin, declararon que los dioses lo habían querido de este modo.
Así olvidaron los hombres que todas las deidades residen en el corazón.


Visión memorable

Los profetas Isaías y Ezequiel comían conmigo. Yo les pregunté cómo se atrevían a afirmar tan libremente que Dios hablaba con ellos. ¿No Habían pensado que, al afirmarlo, corrían el riesgo de ser incomprendidos y de prestar apoyo a la impostura?
Isaías respondió: “No he visto no oído Dios alguno por medio de una percepción orgánica limitada, pero mis sentidos descubrían el infinito en cada cosa, y, desde entonces, estoy convenc ido y persuadido de que la voz de la indignación sincera es la voz de Dios. No pensé en las consecuencias y escribí.”
Entonces pregunté:”Para Que una cosa exista, ¿basta la firme convicción?.”
Respondió: “Todos los poetas lo creen. Y, en una época imaginativa, esta convicción mueve montañas; mas pocos son capaces de una convicción firme de algo.”
Ezequiel dijo: “La filosofía de Oriente enseña los principios iniciales de la percepción humana; unas naciones tienen origen en un principio; otras , en otro. Los de Israel enseñamos que el genio poético- como lo llamáis- es el principio inicial, y derivados todos los demás; de aquí nuestro desprecio a los sacerdotes y filósofos de otros países. Por ello profetizamos que todos los dioses tributarios del genio poético, encontrarían en nosotros su origen, como ha sido probado. Esto fue lo que nuestro poeta el rey David deseaba con tanto fervor e invocaba de manera patética diciendo que a ello debía la conquista de sus enemigos y el gobierno de sus reinos. Nosotros amamos a nuestro Dios hasta el punto de maldecir, en su nombre, a las deidades de las naciones que nos circundan y que declaramos rebeldes. Por esto, el espíritu vulgar piensa que todas las naciones serán, al fin, sometidas a los judíos”.
Y añadió: “ Esto, como todas las convicciones firmes, está llamado a realizarse, ya que todas las naciones reconocen el código judío y veneran al Dios de los judíos; ¿cabe mayor servidumbre?”
Yo escuché todo esto son estupor y hube de confesar mi convicción.
Después de comer, pedía a Isaías que favoreciera al mundo revelando sus obras perdidas. Me dijo que ningún libro suyo de valor se había perdido. Y Ezequiel dijo otro tanto de los suyos.
También pregunté a Isaías qué le impulsó a vagar desnudo de pies y cuerpo durante tres años. Respondió:” Lo mismo que impulsó a nuestro amigo Diógenes el Griego.”
Y pregunté a Ezequiel por qué comió excremento y permaneció tanto tiempo yaciendo sobre su costado derecho o izquierdo. Respondió: “El deseo de elevar a los demás hasta la percepción del infinito.”
Las tribus de América del Norte tienen prácticas semejantes. ¿Es honrado aquel que resiste a su genio o a su conciencia sólo por el bienestar y satisfacción temporal?
La antigua tradición, según la cual el mundo sería consumido por el fuego al cabo de sería mil años, es verdadera, lo supe en el Infierno.
Porque el ángel con su espada de fuego recibirá orden de abandonar su guarida cerca del Árbol de la Vida y, en cuanto lo haga, la creación entera será consumida y todo aquello a ahora nos parece finito y corrompido aparecerá infinito y puro.
Esto sucederá mediante una superación del goce sensual.
Ante todo, la noción de que el hombre tiene un cuerpo distinto de su alma, será abolida; esto lo haré imprimiendo según el método infernal de corrosivos que en el Infierno son saludables y medicinales, haciendo desaparecer las superficies aparentes y descubriendo el infinito que tenían oculto.
Si las ventanas de la percepción estuviesen limpias, cada cosa aparecería al hombre como es, infinita.
Pero el hombre se ha recluido hasta no ver las cosas sino a través de las aberturas de su caverna.


Visión memorable

Me hallaba en una imprenta, en el Infierno, y vi el método por el cual se trasmite el conocimiento de generación en generación.
En la primera cámara había un Dragón-hombre, barriendo los despojos a la boca de una caverna; en el interior, multitud de dragones ahondaban la caverna.
En la segunda cámara había una serpiente enredada en torno a la roca y la caverna, y otras adornándola con plata, oro y piedras preciosas.
En la tercera cámara, un águila de alas y plumas de aire; y el águila hacía el interior de la caverna infinito; y a mi alrededor, un gran número de hombres águilas edificaban palacios sobre rocas enormes.
En la cuarta cámara, leones de ardientes llamas se paseaban furiosos y fundían metales en fluidos vivientes.
En la quinta cámara, formas sin nombre arrojaban al espacio los metales.
Estos metales eran recibidos por hombres en la sexta cámara y tomaban la forma de libros y eran colocados en bibliotecas.


Los gigantes que llevaron este mundo a su existencia sensible y parecen ahora vivir encadenados son, en verdad, los principios de su vida y las fuentes de su actividad. Pero las cadenas son la astucia de los espíritus débiles y sumisos que tienen poder para resistir la energía.
Lo dice el proverbio: el débil en valor es fuerte en astucia.
De este modo, el Prolífico es una porción del ser; otra, el Devorador. El Devorador cree tener encadenado al Prolífico; más no es así; sólo tiene porciones de existencia y se imagina tenerlo todo.
Mas el Prolífico dejaría de serlo si el Devorador, como un mar, no absorbiera el exceso de sus goces.
Algunos dirán: “¿No es Dios el único Prolífico?”
Yo digo: “Dios no existe ni obra sino en los seres existentes, en los hombres.”
Estas dos clases de hombres existen en la tierra y serán siempre enemigos; cualquiera que intente conciliarlos destruirá la existencia.
La religión es un esfuerzo por conciliarlos.

Nota: Jesucristo no quiso unirlos sino separarlos, como en la parábola de las ovejas y las cabras. Jesucristo dijo: ” No vine a traer la paz sino la espada.”
Mesías o Satán o Tentador, era considerado como uno de los antediluvianos, es decir, como una de nuestras energías.

Visión memorable

Un ángel vino a mí y dijo: “¡Oh, joven necio, digno de lástima! ¡Horrible, espantable estado el tuyo! Piensa en el calabozo abrasador que te preparas por toda la eternidad y a donde te lleva el camino que sigues.”
Yo dijo: “Tal vez podrías mostrarme mi lugar eterno. Juntos lo contemplaremos hasta ver qué sitio es más deseable: el tuyo o el mío.”
Entonces me llevo a través de un retablo, a través de una iglesia en cuyo extremo había un molino. Entramos en el molino y llegamos a una caverna. A tientas seguimos nuestro tedioso trayecto, bajo la tempestuosa caverna hasta llegar a un espacio vacío que apareció sobre nosotros como un cielo; agarrándonos a las raíces de los árboles logramos colgarnos dominando esta inmensidad.
Entonces dije: “Si quieres, nos abandonaremos a este vacío para ver si también en él está la Providencia. Si tú no quieres, yo sí quiero.”
Mas él respondió: “Joven presuntuoso, ¿no te basta contemplar tu lugar estando aquí? Cuando cese la oscuridad, aparecerá.”
Permanecí entonces, cerca del Ángel, sentado en los enlaces de las raíces de un roble, y el Ángel quedó suspendido en un hongo que colgaba su cabeza sobre el abismo.
Poco a poco, la profundidad infinita tornóse distinta, rojiza como el humo de una ciudad incendiada. Sobre nosotros, a una distancia inmensa, el sol negro y brillante. En torno al sol huellas de fuego; y sobre las huellas caminaban arañas enormes, arrastrándose hacia sus víctimas que volaban o, más bien, nadaban en la profundidad infinita, en forma de animales horribles, salidos de la corrupción; y el espacio estaba lleno y parecía por ellos formado. Son los demonios, llamados Potencias del aire.
Pregunté a mi compañero cuál era mi lugar eterno. Y dijo: “Entre las negras y las blancas.”
Pero en ese momento, entre las arañas negras y blancas una nube de fuego estalló rodando a través del abismo, ennegreciendo todo lo que encontraba bajo ella al punto que el abismo inferior quedó negro como un mar y se estremeció con un ruido espantoso.
Nada se podía ver debajo de nosotros, sino una negra tempestad hasta que, mirando hacia el Oriente, entre las nubes y las olas, vimos una cascada en medio de sangre y fuego y, distante de nosotros sólo unos tiros de piedra, apareció nuevamente el repliegue escamoso de una serpiente monstruosa. Por último, hacia el Oriente, cerca de tres grados distante, apareció, sobre las olas, una cresta inflamada; se elevó lentamente como una cima rocosa, y vimos dos globos de fuego carmesí, y el mar se escapaba de ellos en nubes de humo. Comprendimos que aquello era la cabeza de Leviathan: la frente surcada de estrías de color verde y púrpura como las de la frente del tigre; de pronto, vimos sus fauces, y sus branquias rojas colgaban sobre la espuma enfurecida tiñendo el negro abismo con rayos de sangre, avanzando hacia nosotros con la fuerza de una existencia espiritual. El Ángel mi amigo escaló su sitio en el molino. Quedó solo. La aparición dejó de serlo. Y me encontré sentado en una deliciosa terraza, al borde de un río, al claro de luna, oyendo cantar a un arpista que se acompañaba con su instrumento. Y el tema de su canción era: “El hombre que no cambia de opinión es como el agua estancada: engendra los reptiles del espíritu.”
En seguida, me puse en pie y partí en busca del molino donde encontré a mi Ángel que, sorprendido, me preguntó cómo había logrado escapar.
Respondí: “Todo lo que vimos juntos procedía de tu metafísica; después de tu fuga, me hallé en una terraza oyendo a un arpista, al claro de luna. Mas ahora que hemos visto mi lugar eterno, ¿puedo enseñarte el tuyo?”
Mi proposición le hizo reír; mas yo, de pronto, le estreché en mis brazos y volé a través de la noche de Occidente y, así, nos elevamos sobre la sombra de la tierra; con él, me lancé derecho al cuerpo del sol, allí me vestí de blanco y, tomando los libros de Swedenborg, abandoné esta región gloriosa y, dejando atrás los demás planetas, llegamos a Saturno. Allí me detuve a fin de reposar. En seguida, me lancé al vacio, entre Saturno y las estrellas fijas. Le dije: “He aquí tu lugar en este espacio, si así puede llamarse.”
Súbitamente, vimos el establo y la iglesia y lo llevé al altar y abría la Biblia, y he aquí un pozo profundo al que descendía llevando al Ángel delante de mí. De pronto, vimos siete casas de ladrillos y entramos en una. Había en ella un gran número de monos, cinocéfalos y todos los de su especie encadenados por la mitad del cuerpo, gesticulando y mordiéndose los unos a los otros, mas impedidos por lo corto de sus cadenas. Sin embargo, me pareció que algunas veces su número aumentaba, y que los fuertes devoraban a los débiles y que, gesticulando siempre, primero copulaban con ellos para devorarlos después, arrancando un miembro primero y después otro, hasta que no quedaba sino un miserable tronco que besaban haciendo muecas de ternura para devorarlo al fin. Y aquí y allá, vi a algunos saboreando la carne de su propia cola. El mal olor nos incomodaba horriblemente. Entramos al molino. Mi mano atrajo el esqueleto de un cuerpo que fue, en el molino, lo Analíticos de Aristóteles.
El Ángel me dijo: “Tu fantasía se ha impuesto a mí; esto, debería ruborizarte.”
Respondí: “Cada uno impone al otro su fantasía, y es tiempo perdido conversar contigo que no has producido sino Analíticos.”


Siempre me ha parecido que los Ángeles tienen la vanidad de hablar de sí mismos como si sólo ellos fueran sabios; lo hacen con una confianza insolente que nace del razonamiento sistemático.
Así Swedenborg se envanece de que cuanto escribe en nuevo, aunque sólo es un índice o un catálogo de libros publicados antes.
Un hombre lleva a un mono a una fiesta y porque era un poco más sabio que el mono se infló de vanidad y se consideró más sabio que siete hombres.
Así es el caso de Swedenborg que muestra la locura de las iglesias y quita la máscara a los hipócritas e imagina que todos los hombres son religiosos y que él es el único hombre en la tierra que rompió las mallas de la red.
Ahora, oíd el hecho tal como es: Swedenborg no ha escrito una sola verdad nueva.
Y, ahora, oíd la causa: conversaba con los ángeles que son, todos, religiosos, y no conversaba con los demonios que odian la religión, porque sus prejuicios lo hacían incapaz.
Así es que las obras de Swedenborg son una recapitulación de todas las opiniones superficiales, y un análisis de las más sublimes; nada más.
He aquí otro hecho: cualquier hombre de talento mecánico puede extraer de las obras de Paracelso o de Jacob Behmen diez mil volúmenes de igual valor que los de Swedenborg, y un número infinito de los libros de Dante o Shakespeare.
Pero, cuando lo haya hecho, que no pretenda saber más que su maestro porque sólo sostiene una bujía en pleno sol.


Visión memorable

Un día, en una llama de fuego vi aparecer un demonio ante un Ángel sentado en una nube.
El demonio dijo estas palabras:
“El culto de Dios consiste en honrar sus dones en los hombres según su genio, dando a los más grandes más amor. Aquellos que calumnian a los grandes hombres odian a Dios, porque no hay otro Dios que ellos.”
Al oír esto, el Ángel se puso casi azul; más, conteniéndose, se puso amarillo y al fin blanco, rosado y, sonriendo, repuso:
“Idólatra, ¿Dios no es uno? ¿No está visible en Jesucristo? Y Jesucristo, ¿no ha autorizado la ley de los diez mandamientos? ¿No son los demás hombres, necios, pecadores, nada?”
El demonio respondió: “Tritura al necio en el molino con el trigo, luego no podrás separar del trigo su necedad. Si Jesucristo es el más grande de los hombres, tendrás que amarlo con el amor más grande. Ahora, de qué manera he autorizado la ley de los diez mandamientos: ¿no se burló del Sábado, del Sábado de Dios? ¿No dio muerte a aquellos que por él murieron? ¿No torció la ley para con la mujer adúltera? ¿No robó el trabajo de aquellos que lo mantenían? ¿No toleró el falso testimonio rehusando defenderse ante Pilatos? ¿No codició cuando pidió por sus discípulos y cuando les incitó a sacudir el polvo de sus pies contra los que rehusaran darles albergue?”
Yo te digo: ninguna virtud que no rompa estos diez mandamientos puede existir. Jesucristo era todo virtud y obraba por impulsos y no por reglas.
Cuando hubo hablado, miré al Ángel que alargó los brazos, abrazó la llama, fue consumido y apareció como Elías.

Nota: Este Ángel vuelto demonio, es mi amigo íntimo: juntos leemos la Biblia en su sentido infernal o diabólico que el mundo conocerá si se conduce bien. También tengo la Biblia del Infierno que el mundo tendrá quiéralo o no.

Una misma ley para el León y el Buey es Opresión.

Traducción de Xavier Villaurrutia.